Retrato de John Keats por William Hilton |
John Keats, nació el 31 de octubre de 1795, en Londres, Inglaterra. A los quince años, tras la muerte de su madre, precedida por la de su padre a los ocho, queda huérfano y al cuidado de su abuela materna. Su abuela nombró tutores para que cuidaran de él y de sus otros hermanos; Keats, a esa edad ya traducía grandes clásicos; como por ejemplo las obras de Virgilio.
Sus tutores lo convierten en aprendiz de
cirujano, logrando éste graduarse en farmacia años más tarde, pero su interés
por la poesía lo llevó a retirarse; en
este campo logró ejercer solo dos años.
Keats, es considerado uno de los principales
poetas del romanticismo, su obra comienza a desarrollarse luego que él leyera
la obra “La Reina de la Hadas”, de Edmund Spenser; esta lo inspiró a crear su
prime poema titulado “A imitación de Spenser; este poema fue publicado en 1816,
en el periódico Examiner de propiedad de Hunt. Se relacionó más tarde con
poetas como Leigh Hunt, quien además era editor; Percy Bysshe Shelley y Lord
Bayron.
En 1817 publicó su primer poemarium, titulado
“Poemas”, este primera colección de sus poemas no tuvo buena acogida; lo que
principalmente se debía a su relación de amistad con Leigh Hunt, que con su
estilo de critico agrio se había ganado varios enemigos entre los poetas y
escritores. De la misma forma, “Endymion”, no tuvo buenas críticas, lo que sumó
un decaimiento en su estado de ánimo que se agravó con la muerte de su hermano Tom,
en 1818.
Tras estos hechos John Keats, decidió
trasladarse a vivir a Londres, en casa de su amigo Brown; lugar donde conoció a Fanny
Brawne, de quien más tarde se enamoró y tuvo un romance por tres años. La
correspondencia que mantenían fue publicada tras su muerte y escandalizó a la
sociedad victoriana.
En el verano de 1819 Keats comenzó a escribir
sus mejores poemas; entre los que encontraremos: “Oda a Psique”, “Oda a una
urna griega”, “Oda a un ruiseñor”. Las obras mencionadas aparecieron en su
tercer libro publicado que lleva por título “Lamia, Isabella, la víspera de Santa
Inés y otros poemas, en 1820.
En 1820, la tuberculosis, enfermedad cuyos signos venía
arrastrando desde 1818 y que marcó por completo su vida familiar al fallecer su
madre y su hermano Tom de la misma, le impidió continuar en Londres. Se
trasladó a la casa de su amigo Percy Bysshe Shelley junto a Joseph Seyern a la
cuidad de Roma aconsejado por los médicos. La enfermedad que tantos estragos
hizo en su familia terminó con su propia vida; y aunque por un período mejoró,
finalmente, falleció el 23 de febrero de 1821 a la edad de veinticinco años.
La corta vida
de este poeta no impidió que hoy sea considerado como uno de los mejores poetas
británicos del romanticismo. Su obra está marcada por un lenguaje exuberante e
imaginativo, atemperado por la melancolía; esto se ve reflejado en su intento
por ensamblar dos estados de ánimo distintos. Lo que comenzó como una atracción
a la naturaleza y sus hermosas apariencias fue poco a poco convirtiéndose en un
intento de aunar sensación y pensamiento, experiencia y éxtasis en un complejo
proceso poético sobre el que el poeta medita constantemente en sus poemas; es
por lo tanto uno de los primeros poetas modernos que hace de su poética el
centro de su obra, con esto Keats logró unir su experiencia cultural y vital.
Su concepción
del mundo no se basaba solo en la filosofía como método de conocimiento; sino
que lo hacía en parte a lo sensorial, lo emocional y lo intelectual; esta combinación
considerada como una especie de conciencia universal enajena al poeta de sus
propios límites y lo lleva con las alas de la imaginación, o la poesía, hacía
otra dimensión humana. Keats comienza por una contemplación de los objetos de
la naturaleza y las múltiples sensaciones, que ellas, nos provocan, y sigue
estos estímulos purificados por la imaginación como una síntesis; lo que en parte
permite que el poeta pierda su identidad y se vuelque en un rapto espiritual
activo en todo el universo. La eterización de la naturaleza, aquello de lo que
los poetas antiguos hablaron, Keats lo utiliza como una representación de su
propio concepto de poesía.
La poesía de
Keats está fuertemente influenciada por Spenser, Milton y Shakespeare. De Spenser le sedujo su
fantasía y ambientes pastoriles, su idea del romance como visión poética; de
Milton su carácter épico y noble, el
tono solemne; de Shakespeare, le sedujo esa pérdida de identidad a favor de sus
personajes. Aunque poco a poco al final prefirió más el estilo de Shakespeare,
concretando su escritura y generando una ironía que es fruto del reconocimiento
de los límites de la existencia.
Si he de ser
sincera, en esta oportunidad quise variar un poco y alejarme de lo que es la
narrativa, así que decidí escoger a este poeta del que la industria cinematográfica
se interesó hace unos atrás; para ser más especifica en el año 2009. Con el
nombre de Bright Star se representó sus tres últimos años de vida, período en el que vivió
su romance con Fanny Brawne.
A continuación les dejo con algo de su obra;
algunos de sus sonetos que llamaron mi atención, y me comprometo a transcribir
durante la próxima semana algunos más que tengo en mi poder:
A LORD BAYRON
¡Byron, tu melodía qué dulcemente triste!
Ella armoniza el alma con la ternura, como
si la grata Piedad, con desusado acento,
hubiera ya tocado su laúd quejumbroso
y tú hubieras cogido sus tonos sin dejarlos
fenecer. Eclipsando la angustia no te haces
menos fascinador: tú adornas tu amargura
con un halo de brillo radiante, como cuando
una nube ha ocultado a una luna dorada
y sus bordes se tiñen de un vivo resplandor;
a veces rayos de ámbar penetran las tinieblas
y como vetas blancas cruzan el mármol negro.
¡Sigue cantando, cisne moribundo, y contando
el cuento encantador, el del dolor
amable!
COMO
DESDE LAS SOMBRAS LA PLATEADA PALOMA
Como desde las sombras la plateada paloma
Remonta y se abalanza a la luz de levante
Con las alza impulsada por la pura delicia,
Así voló tu alma hacia regiones altas,
territorios de paz y amor interminable,
donde alegres espíritus, coronados con
lúcidos
anillos estrellados, y ataviados de gloria,
saborean el gozo estrellado de los santos.
Tú allí, o bien te unes a ese coro inmortal
con cánticos que incluso el noble Cielo llena
de suprema ventura, o según el deseo
del Padre omnipotente, hiendes el aire,
enviada
cual divino mensaje. ¿Qué placeres más altos?
¿Por qué cualquier dolor vulnera nuestra
dicha?
Nota: Este soneto fue escrito a su abuela
tras su muerte.
OH,
SOLEDAD, SI TENGO QUE CONVIVIR CONTIGO
¡Oh, Soledad, si tengo que vivir contigo
que no sea en la mañana de oscuros edificios!
asciende la ladera conmigo – observatorio
de la naturaleza -, desde donde esta cuenca,
sus pendientes floridas, sus aguas
cristalinas,
ocupan solo un palmo, y velaré contigo
bajo un dosel de ramas, donde el brinco del
ciervo
asusta a las abejas sobre las dedaleras.
Pero aunque seguiremos con gozo estas
escenas,
el placer de mi alma es el dulce diálogo
con una mente pura cuyas palabras muestran
ideas delicadas; seguro que esto es casi
la dicha más autentica del espíritu humano:
cuando a tus madrigueras van dos almas
gemelas.
4 comentarios:
¡Gran entrada! Y estoy ahora precisamente descubriendo la obra de este gran poeta. Lo conocía pero nunca me había animado a leer nada suyo. Y me está gustando mucho.
Besotes!!!
Querida Margari:
Que buena coincidencia, sin duda hay muchos de sus poemas que me han encantado.
Un beso.
Keats, junto a Byron y Shelley son los grandes poetas románticos ingleses, a mi entender. Lástima su temprana muerte...
Besos y enhorabuena por esta gran entrada!!
Querida Carmen:
Gracias por el antecedente. Creo que el tiempo es lo de menos,importante es lo que podemos dejar en este mundo.
Un beso.
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