Thomas Hardy, novelista y poeta inglés que nació el 2 de junio de 1840, en Higher Bockhampton,
Stinsford. Hijo de Thomas Hardy y Jemima Hand; su madre, mujer cultivada, lo incentivó
en la lectura. Asistió a la escuela
local de Bockhampton durante los años 1848 y 1856, donde aprendió latín, alemán
y francés.
Comenzó a los dieciséis años, en 1856, a
trabajar como aprendiz del arquitecto y restaurador local de Dorchester, John
Hicks, durante el tiempo que permaneció bajo las órdenes de Hicks, hasta 1861,
estudió las grandes tragedias griegas con Horace Moule. Tras leer “El origen de
las especies” de Charles Darwin, escribió en 1859 su primer poe,ma “Domicilium”.
Instalado en Londres como ayudante de del
arquitecto eclesiástico Arthur Blomfield, que se especializaba en
restauraciones de iglesias y construcción de otras iglesias de estilo neogótico,
asistió al teatro y visitó con frecuencia la National Gallery; además, leyó a
Herbert Spencer, John Stuart Mill y los poemas románticos y post-románticos
Shelley, Scott, Browning y Swinburne. En 1865 publicó un artículo titulado “How
I Built Myself a House” (Cómo me construí mi propia casa) y, aunque también
envió varios poemas a los periódicos de la época éstos fueron rechazados.
Comenzó en el año 1867, tras su regreso a
Dorchester para trabajar con su antiguo maestro, su primera novela “The Poor
Man and the Lady” (“El Pobre y la Dama”), la que actualmente se encuentra
perdida. Se dice que durante ese año pudo haber mantenido una relación con su
prima Tryphena Sparks, en quien encontró inspiración para algunos de sus
personajes.
Trabajando para un sucesor de Hicks, en 1870
se trasladó a St. Juliot, en Cornualles, para planear la restauración de una
iglesia; lugar donde conoció a Emma Lavinia Gifford, cuñada del párroco y su
futura esposa.
Desde 1871 comenzó a publicar sus novelas; la
primera de ellas fue “Remedios desesperados”, continuó en 1872 con “Bajo el
árbol del bosque”, en 1873 les siguió “Un par de ojos azules”, presentó en 1874
su novela “Lejos del mundanal ruido” la que tras haber aparecido previamente en
entregas a un periódico, tuvo gran éxito.
Apoyado e incentivado por su esposa Emma, con
quien contrajo matrimonio en 1874, abandonó la arquitectura para dedicarse por
completo a la literatura.
En 1876, apareció “The Hand of Ethelberta”; y en 1878, “El
regreso del nativo”. Su amistad con Leslie Stephen, le permitió a Hardy acceder
a los cenáculos literarios de la capital; es preciso mencionar, que en este
período su reputación como novelista, también, contribuyó a ese acercamiento.
En 1880 publicó “The Trumpet-
Major”; y mientras, ese año padeció de una enfermedad que le mantuvo en reposo
por seis meses, escribió “The Laodicean” que apareció publicada en el año 1881.
Durante la década de 1880 el
escritor disfrutó de su prestigio y éxito económico; en Londres conoció a
Matthew Arnol, Henry James (como disfrute de “La otra vuelta de tuerca”), Tennyson
y Robert Browning.
“El alcalde de Casterbridge”
apareció en el año 1886, y al año siguiente “Los habitantes del bosque”. Se
publicó, en 1888, su primera colección de cuentos cortos; la que reunió títulos
como: “Los tres desconocidos” o “La duquesa de Hamptonshire”.
“Tess de D`Urberville” apareció
en 1891; así como “Un grupo de nobles damas” que se publicó ese mismo año. “Jude
el Oscuro” se publicó en 1895, con la que tras obtener duras criticas, por
considerarse inmoral, decidió no volver a escribir novelas; sin embargo, en
1897 publicó su última novela “La bienamada”, que había escrito varios años
atrás.
Thomas Hardy,
retomó la poesía que abandonó en su juventud. En 1898 apareció “Poemas de
Wessex” y “Poemas del pasado y del presente”, que escribió con anterioridad a
esa fecha. Dinastías, su drama épico, irrepresentable, que consta de
diecinueve actos y ciento treinta escenas relata la lucha de Inglaterra
contra Napoleón, apareció como sigue: Dinastías I, en 1904; Dinastías II, en
1906 y; Dinastías III, en 1908. “Risas del tiempo” apareció en 1909.
En 1912, su esposa muere
repentinamente; tras este hecho, Thomas Hardy, emprende un viaje sentimental
a St. Juliot, lugar donde había conocido a su esposa, y a Plymount donde ella
había nacido. Y escribió su historia de amor en “Lo que queda de una vieja
llama”; considerado uno de sus mejores libros poéticos.
En febrero de 1914,
contrajo nupcias por segunda vez con Florence Emily Dugdale. Con anterioridad
a esa fecha, en 1913, recibió el “Doctorado Honoris Causa” de la Universidad
de Cambridge; mismo Doctorado que la Universidad de Oxford le entregó en 1920.
Otras obras de
Hardy son: “Sátiras de circunstancias” en 1914, “Momentos de visión” en 1917,
“Poemas líricos” en 1922, “Fantasías humanas” en 1925 y finalmente en 1928
apareció “Palabras en invierno”. También entre ellas se encuentra “The famous
Tragedy of the Queen of Cornwall”, obra de teatro escrita en verso.
La obra de Hardy, tanto
narrativa como lírica, estuvo marcada, principalmente, por la ideología
materialista, naturalista y pesimista. Sus personajes luchan contra su destino
hostil, que no importando lo que hagan los vuelve al curso que está determinado
para ellos. La selección natural y
social así como la filosofía pesimista tomó una importancia significativa en
sus obras (influenciado por las obras de Charles Darwin, Herbert Spencer y
Arthur Schopenhauer). Sin embargo, el destino de sus personajes se altera en
una suerte breve y momentánea para mostrarles más tarde que su voluntad es
vencida implacablemente.
La acción de todas
sus novelas desarrolla en el campo inglés, en una región bautizada por el
novelista como Wessex y que es en realidad su Dorset. Cada ciudad de Wessex
tiene su equivalencia real en la toponimia de Dorset; así, Oxford recibe en
las novelas de Hardy el simbólico nombre de Christminster. En este mundo se
producen todos los acontecimientos de sus obras, si bien la obra de Hardy
desborda todo posible costumbrismo en tanto que ese paisaje resulta simbólico
de un pensamiento muy definido. Utiliza el dialecto de Dorset como ejemplo de
inglés antiguo y noble en trance de desaparición por el destino de la
modernidad.
Thomas Hardy,
murió el 11 de enero de 1928; su cuerpo encontró descanso en el “Poet’s Corner” (Rincón de los Poetas)
en la Abadía de Westminster, mas su corazón descansa en la tumba de su
primera esposa, en Stinsford.
Les dejo los tres
poemas que pude encontrar en español.
El gamo ante la casa solitaria
Afuera,
en las tinieblas, alguien mira
a
través del cristal de la ventana
desde
la blanca sábana aterida.
Afuera,
en las tinieblas alguien mira
cómo,
en vela, aguardamos la mañana
junto a
la lumbre de la chimenea.
No
alcanzamos a ver esos dos ojos
que nos
contemplan desde la intemperie
y
reproducen los destellos rojos
del
fuego. No advertimos esos ojos,
ojos
maravillados, rutilantes,
y sus
pasos furtivos, vacilantes.
El acantilado de Beeny
Oh, el
zafiro y el ópalo de este errante mar de occidente,
y una
mujer en lo alto con el cabello al viento cabalga sonriente,
la
mujer que amé tanto y que me amó fielmente.
A
nuestros pies el rugido continuo y las lejanas olas de la mar
semejaban
un cielo inferior, engolfado en su propio palpitar,
mientras
reíamos alegres en aquel mes de marzo que no podré olvidar.
Una
pequeña nube nos ocultó, y brotó una lluvia irisada,
y se
tiñó el Atlántico de una imprecisa y leve pincelada,
luego salió
de nuevo el sol y de un tono purpúreo quedó la mar bañada.
En
su profunda y abisal belleza aún el viejo Beeny ocupa bajo el cielo su lugar,
pero
ella y yo el próximo mes de marzo no volveremos allí de nuevo a pasear,
ni las
dulces palabras que dijimos se volverán a escuchar.
Pues
aunque todavía la abisal belleza se alza en aquella agreste ribera de
occidente,
la
mujer, a la que el pony llevaba a paso de andadura está ahora ausente,
ya no
sabe de Beeny ni le importa y no volverá a reír jamás alegremente.
Después
Cuando
el Presente cierre sus puertas tras mi paso
y, cual
recién hilada seda, las tiernas rosas
de mayo
acune el viento, ¿dirá el vecino acaso:
“Era de
los que suelen apreciar estas cosas”?
Si
es al ocaso y cruza sobre el denso follaje,
como en
un parpadeo, un halcón por la umbría
y se
posa en la zarza que el viento arquease,
pensará
quien lo vea: “También él lo vería”
Si
en la noche oscura y tibia, de insectos poblada,
cuando
el erizo corre furtivo por el prado,
tal vez
alguien dijera: “Porque nadie dañara
a estas
pobres criaturas veló, y poco ha logrado”
Si al oír
que he partido, junto al umbral se quedan
contemplando
los astros en el cielo de invierno,
¿pensarán
los que ver mi rostro ya no puedan:
“Fue
alguien que meditó sobre el misterio eterno?
Particularmente,
solo puedo hablar de Tess de D`Urberville, lo que haré a grandes rasgos:
Teresa Durbeyfield, es enviada por sus
padres a conocer a unos supuestos parientes ricos, ya que su apellido como le
indicó un párroco correspondería a una deformación de D`Urberville y ellos, genealógicamente,
pertenecerían a una familia de la nobleza de Inglaterra. Tess., llega
finalmente a trabajar a la casa de sus parientes ricos, tras la muerte del
caballo de su familia, el que les ayudaba a proporcionar su sustento. Con
esto la protagonista marca su destino, pues la familia donde llega no son sus
parientes, ellos habían comprado el apellido.
Alec D`Urberville,
abusa de Tess bajo una espesa niebla, quien resignada y convencida que ella
también tuvo parte en el hecho regresa a su casa. Luego que Dolor, su hijo producto
de aquel abuso, muere Tess emprende un nuevo camino, su madre le indica que a
nadie debe contar su pasado si desea encontrar la felicidad. Al tiempo,
parece encontrarla con Ángel Clare, hijo de un párroco que se encuentra sobre
las posibilidades de Tess y de manera sorprendente aparece en el principio de
la historia, cuando aún la protagonista guardaba toda la inocencia, pureza y
virtud requerida en aquel tiempo, cuando Tess confiesa su falta, una vez
casados, él es incapaz de soportarlo y viaja solo a Brasil dejando a Tess en
manos de su fatal destino. Cansada y tras la muerte de su padre, Tess se
encuentra en la calle, Alec le propone
ayudarla y corregir su error ayudando a su familia; más tarde se vuelven
amantes. Cuando Ángel regresa a buscar a su esposa se entera de lo que ha
sucedido con ella y llega a buscarla, pero Tess le indica que ya no existen
posibilidades para ella. Furiosa Tess enfrenta a Alec y lo asesina.
Ángel, siente que
tras este suceso debe proteger a Tess; por lo que emprende un viaje para que
a ella no se le juzgue, pero el destino sigue siendo cruel con Tess. Antes de
ser hallada le pide a Ángel que se case con su hermana, que cuide de ella,
que no permita que algo como lo que sucedió con ella se repita. Al final del
libro, podemos ver a Ángel junto a Liza- Lu, presenciando el instante en que
la bandera es alzada en señal de que la sentencia por asesinar a un hombre ha
sido cumplida.
Ahora les dejo con
algunos pasajes que me conmovieron, para así continuar con el estilo de Hardy:
La muerte del hijo de Tess
“—Dolor, yo te bautizo en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Luego
roció al niño con el agua, y se hizo el silencio.
—¡Decid
amén, niños!
… Sumergió
su mano en la jofaina y con profundo fervor trazó una cruz sobre el niño con
el índice, pronunciando luego las frases sacramentales, relativas a la lucha
contra el mundo, el demonio y la carne, y el deber de comportarse toda la
vida como leal soldado. Luego continuó, como era debido, con el Padre Nuestro,
secundada por los niños que repetían sus palabras, hasta que a lo último
alzaban sus voces como el sacristán en el templo al decir «amén»…
… La
lucha del pobre Dolor contra el mundo, el demonio y la carne estaba decretado
que había de ser poco brillante y duradera… En el azul de la mañana, aquel
frágil soldado y siervo exhaló su último suspiro…
La
calma que mostrara Tess desde el momento del bautizo siguió en ella después
de la pérdida de la criaturita…, reflexionando que si la providencia no
ratificaba aquel acto de aproximación, poco suponía para ella o para su hijo
un cielo perdido por aquella irregularidad.
Así
se fue de este mundo Dolor el No-deseado, aquel pobrecito intruso, aquel don
bastardo de la desvergonzada naturaleza que no respeta para nada las leyes
sociales, pobre criatura para la que el tiempo eterno había sido cosa de unos
días y que ignoraba hubieran existido jamás esas cosas que se llaman años y
siglos; que no había conocido más universo que el ámbito de su humilde
morada, ni más clima que el tiempo de una semana, y para el cual la tierna
infancia había sido toda la vida y el instinto de mamar la suma del
conocimiento humano.”
Carta que Tess
escribe luego de una conversación con Alec:
“¿Por qué me has
tratado tan cruelmente, Ángel? No era acreedora de ello. Lo he pensado todo
muy bien, y no podré nunca perdonarte. ¡Ya sabes de sobra que jamás te hice
ningún mal adrede! ¿Por qué me lo has hecho tú a mí? ¡Eres cruel, sí, muy
cruel! Procuraré olvidarte. ¡De ti no he recibido más que injusticia! T.”
Algo sobre la
muerte:
“—Esto despierta en mí muchos recuerdos
—continuó Tess—. ¿No te acuerdas que antes de casarnos solías convertirme a
tus ideas? Pero yo sabía muy bien lo que tú pensabas, y pensaba lo mismo que
tú..., no por nada, sino porque lo pensabas tú. Y dime ahora, Ángel, ¿crees
tú que nos reuniremos después de la muerte? Quiero que me lo digas.
Ángel
le dio un beso para eludir toda respuesta.
—¡Ángel,
me temo que eso quiere decir que no! —dijo ella ahogando un sollozo—. Yo ansiaba
verte otra vez... allá arriba..., pero ¿ni siquiera nos hemos de volver a ver
nosotros que nos queremos tanto?”
Dialogo que
sostienen Ángel y Tess cuando ella es encontrada:
“… Pero
pronto se hizo más intensa la luz, y sobre la dormida Tess resplandeció un
destello que penetró por entre sus párpados, despertándola.
—¿Qué
ocurre, Ángel? —exclamó incorporándose—. ¿Han venido por mí?
—Sí,
amor mío —respondió él—. Ya están aquí.
—No podía ser de
otro modo —contestó ella—. Ángel, después de todo, me alegro. Sí, estoy muy
contenta... Esta felicidad no podía durar mucho..., ya ha durado demasiado...
He gozado bastante; ya no quiero vivir más, no sea que vayas a
despreciarme...
Se
puso en pie, se sacudió el vestido y echó a andar, sin que ninguno de los
hombres hubiera hecho el menor movimiento.
—¡Estoy
lista! —les dijo ella con sereno acento.”
Nota: Los poemas que aparecen en esta
entrada fueron traducidos y publicados por Lydia en la página http://www.davidzuker.com/wikilydia
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6 comentarios:
Estupenda entrada, la verdad es que no conocía a este escritor y me ha gustado conocer su vida y su obra. Sus poemas son preciosos y el libro de Tess parece muy interesante.
Me lo apunto a ver si me lo puedo leer.
Un beso!!!!
Me ha gustado mucho tu entrada, porque aunque conozco al autor de oídas, no he leído ni una sola de sus obras completas, y con lo que nos cuentas, me han dado muchas ganas de hacerlo.
Besos.
Buenísima entrada! Jude el oscuro es una de sus novelas más oscuras pero, sin duda, una de las de mayor calidad junto con Tess la de los d'Uberville.
Kisses,
Querida Raquel:
De todas maneras te recomiendo Tess de d`Urberville, es muy interesante de leer.
Un beso.
Querida Aglaia:
Hazlo y verás que no te arrepentirás.
Un beso
Querida Carmen:
Gracias por la recomendación, cuando tenga posibilidades leeré Jade el oscuro.
Un beso
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